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Médicos del IMSS-Torreón salvan brazo a joven que sufrió desprendimiento parcial

Un accidente de trabajo puso en riesgo, el brazo de Alan, joven de 21 años, quien sufrió un accidente en enero pasado, cuando reparaba una banda transportadora de fertilizantes, debido a que el guante de su mano derecha se atoró en una de las grapas y la banda lo arrastró hacia el rodillo y le desgarró el brazo.

 

Alan refiere que cuando todo ocurrió él nunca perdió la conciencia, y gracias a que, como mecanismo de seguridad la máquina se paró sola, fue como pudo llamar por radio para pedir ayuda. Con apoyo de sus compañeros bajó caminando del tercer piso y en una ambulancia particular fue ingresado al quirófano del servicio de Urgencias del Hospital General de Zona (HGZ) No. 16.

 

En el nosocomio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y con una seria lesión que le provocó el desprendimiento parcial de su brazo derecho, fue valorado en el servicio de traumatología.

 

De ahí, derivado a la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 71, le realizaron una angio-tomografía, aunque el pronóstico no era nada halagüeño para Alan, ya que el resultado con el que lo regresaban al HGZ No. 16 era para amputar su brazo.

 

Pese a ello, los médicos Edwin Leopoldo Maldonado García y Javier Servín Castro corrieron el riesgo de meterlo a quirófano para realizar la cirugía de salvamento.

 

“SÓLO PENSÉ EN DARLE UNA OPORTUNIDAD”

El doctor Leopoldo Maldonado, reconoció que lo más difícil, fue tomar la decisión, al tiempo que agregó que en ese momento se enfrentaban a un paciente con datos de choque, pérdida sanguínea, con un período de ventana más largo de lo habitual para poder hacer la conexión y además con el conocimiento médico de que las tasas de éxito en estas intervenciones son muy bajas, sin embargo, abundó, “en lo único que pensé fue en darle la oportunidad, porque es un muchacho joven, en una edad prometedora”.

 

A su vez, el doctor Javier Servín, especialista en anestesiología, indicó que Alan ingresó al quirófano como paciente crítico por la cantidad de sangre que había perdido en el accidente, más la que perdería en la cirugía y con el riesgo de presentar trombos como un mecanismo de compensación del cuerpo.

 

La intervención duró ocho horas, por lo cual hubo necesidad de aplicar anestesia general con manejo invasivo, así como farmacología adecuada para mantener sus signos y la saturación que requería la extremidad; al final fue extubado y pasó a la unidad de cuidados postoperatorios estable, sin requerimiento de fármacos para mantener la presión arterial y en condiciones estables.

 

Comentó que antes de iniciar cualquier cirugía siempre se coloca un medidor de oxígeno, en este caso -por tratarse de una cirugía de salvamento- pusieron dos: uno en cada mano y de esta manera revisaban el nivel de perfusión de la extremidad dañada.

 

El anestesiólogo Javier Servín, se dijo sorprendido, fascinado y contento al ver el éxito de Alan, ya que pese a la baja posibilidad de éxito, lograron que no perdiera su brazo.

 

“SIEMPRE HAY QUE TRATAR DE DAR EL MÁXIMO”

“El caso de Alan me enseñó que siempre hay que tratar de dar nuestro máximo y que aunque ciertas cosas vayan en contra, podemos tener éxito. El conocimiento salió a la luz, nos permitió ayudarlo y lo que más aprendí fue a no darnos por vencidos”, afirmó.

 

El cirujano Edwin Leopoldo Maldonado, explicó que la vena safena se ubica en la pierna y por lo general se utiliza para hacer bypass cardiacos en cirugías de corazón abierto, pero, la literatura médica indica que también puede usarse para sustituir algún vaso sanguíneo, como en este caso.

 

“El aprendizaje que nos deja tanto a la parte médica, como a la parte institucional, es que el querer es poder, porque realmente ante nuestros pacientes se pueden mover todas las fuerzas para que salgan adelante y aun cuando no se tenga la expectativa de que va a funcionar se tiene que dar hasta la última oportunidad”, abundó.

 

Alan no ha sido dado de alta, ya que todavía es atendido en la Unidad Médica de Alta Especialidad No. 25 de Monterrey, Nuevo León, tras ser sometido a una cirugía de reconexión del plexo braquial (red que conecta los nervios de las extremidades superiores).

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