Morena y el gobierno de la Cuarta Transformación enfrentan por primera vez la crisis más aguda que se haya suscitado durante el mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, y el peligro no viene de afuera, sino que se incubó adentro con la rebelión del ex canciller Marcelo Ebrard, que demanda ser candidato presidencial a como dé lugar, a pesar que perdió la contienda interna contra Claudia Sheinbaum.
Después que no ganó la encuesta, Marcelo ha desplegado más actividad política que cuando andaba en campaña, acusa que le hicieron trampa, que enfrentó una elección de estado e incluso embarra en forma indirecta a AMLO. Lo peor de todo es el chantaje que pretenden hacer los diputados y senadores afines a su causa, que amenazan con boicotear la aprobación del presupuesto federal o cuando menos hacer resignaciones por más de 50 mil millones de pesos.
Claudia había hablado con los legisladores rebeldes y convencido a unos cuantos de regresar al redil, pero de pronto se les unió la bancada de Ricardo Monreal, quien oficialmente todavía se ostenta como su coordinador regional de la campaña. Al parecer también se rebela porque no le dieron la candidatura a la jefatura de la Ciudad de México.
Marcelo aún tenía reservado el derecho a ser coordinador de la bancada morenista en el Senado, pero como sigue terco en que quiere ser candidato presidencial o nada, los morenistas aseguran que ya no es de confianza y lo preferible es que lo expulsen el partido y se vaya de candidato a Movimiento Ciudadano o al frente opositor. Además se sospecha que está haciendo tratos con los magistrados electorales para que tumben la candidatura de Claudia.
Comments