El meteorito que fue visto en diferentes puntos del estado de Texas, Estados Unidos, el pasado miércoles 15 de febrero, y cuya caída trajo consigo un sonoro estruendo, resultó pesar 500 kilogramos, así lo confirmó la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
Otro detalle que fue revelado por la dependencia tuvo que ver con la caída del cuerpo celeste, mismo que se estrelló en la zona sur del estado gobernado por Greg Abbott.
A través de un comunicado, la NASA explicó que este tipo de fenómenos hacen que el meteorito en cuestión, por lo general, no signifique un riesgo para la población debido a que su temperatura y composición cambia a medida que viaja a través de la atmósfera.
“Aunque los meteoritos tienden a golpear la atmósfera de la Tierra a altas velocidades, disminuyen su velocidad a medida que viajan a través de la atmósfera, rompiéndose en pequeños fragmentos antes de tocar el suelo. Los meteoritos se enfrían rápidamente y, en general, no representan un riesgo para el público”, señalaron.
La NASA prometió continuar estudiando este tipo de eventos, para que la sociedad pueda entender la magnitud del caso y que no caiga en noticias falsas o alarmistas.
“El meteoro visto en los cielos sobre McAllen es un recordatorio de la necesidad de que la NASA y otras organizaciones aumenten nuestra comprensión y protección de la Tierra, combinen la experiencia científica y de ingeniería para avanzar en la exploración espacial humana, integren la investigación terrestre y planetaria para promover nuestra comprensión del sistema solar y promover misiones espaciales exitosas mitigando el riesgo”, dijeron.
Aquel 15 de febrero, distintos videos registrados por cámaras de seguridad captaron el preciso momento en el que se escuchó el impacto de esta bola de fuego que terminó por desintegrarse previo a su caída en territorio texano.
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